sábado, 8 de mayo de 2010

El mito Maya de la creación

Bueno pues heme aqui de nuevo. A pesar de que tenia un poco abandonado todo esto, si me acordaba de este lugar. De mi lugar de esparcimiendo, de deshago por medio de la expresión escrita, de mi lugar de reflexión. Espero que mientras esten leyendo estas palabras se encuentren bien, en todos los ambitos, y de no ser así, espero que mejoren su situación  en el tempo cercano. Bueno pues ya que no he tenido mucho tiempo de ponerme a desvariar y escribir esas ideas que llegan a mi cabeza desde quien sabe donde, les dejare algo que leí hace ya algun tiempo. Se trata de una parte de la mitología Maya. Y se preguntaran a que viene esto, que porque mitología Maya y no alguna otra más conocida, como la Griega, o Egipcia (de la que ya hablare en otra ocación). La respuesta es fácil, resulta que hace algunos días acudi a ese centro de esparcimiento masivo  al que la gente va a contemplar el arte visual en movimiento...bueno algunos tambien lo llaman simplemente "cine", y pues estaba en cartelera una pelicula de contenido mitológico griego.  Y fue ahi cuando me surgio la idea de "¿porque no?" si nuestra cultura tambien es rica en mitología, tradiciones, gastronomía etc.  Así que de vez en cuando me dare a la tarea de ponder algo de nuestras raíces prehispanicas, y támbien algunas de por ahí de la época de la revolución. Así que aqui va la primera entrega, el mito de la creación según los Mayas, espero sea de su completo agrado.

En la visión maya del cosmos, las cuevas son entradas al acuoso inframundo -el Xibalbá, o Lugar del Miedo-, que desempeña un papel clave en la historia de la creación, según se describe en el Popol Vuh, libro sagrado de los mayas.La leyenda habla de unos hermanos gemelos muy hábiles en el tradicional juego de pelota. Cuando jugaban, hacían tanto ruido que molestaban a los dioses del Xibalbá, quienes los retaron a un torneo. Los dioses vencieron a los gemelos, los sacrificaron y sepultaron sus cuerpos debajo del campo de juego. La cabeza de uno de ellos, Hun Hunahpú, fue colgada de un árbol que producía calabazas con forma humana. Una diosa llamada Xquic oyó hablar del extraño árbol y decidió ir a conocerlo. Cuando se acercó a él, la cabeza de Hun Hunahpú le escupió en la mano, fecundándola. Así concibió a Hunahpú y Xbalanqué, conocidos como los Héroes Gemelos. Con el tiempo se convirtieron en jugadores como su padre y su tío. Los dioses los convocaron al Xibalbá y los vencieron en el campo de juego, molieron sus huesos y los esparcieron en un río, donde los gemelos renacieron, primero como peces y luego como actores itinerantes.


Al regresar al Xibalbá, para tomar venganza, urdieron una trampa. Tras interpretar diversos números asombrosos, Xbalanqué decapitó a Hunahpú y volvió a colocarle la cabeza. Los dioses, encantados con el espectáculo, les rogaron que los decapitaran y les devolvieran la vida también a ellos. Los Héroes Gemelos simularon obedecer y procedieron a decapitar a los dioses. Al final lograron consumar su venganza: se negaron a recomponer sus cuerpos y los derrotaron para siempre. Así fue cómo triunfó el bien sobre el mal, y el mundo estuvo preparado para la creación de los seres humanos. Xbalanqué y Hunahpú emergieron del Xibalbá como el sol y la luna -dones para los mayas- y se elevaron al cielo. Cada día reinterpretan su viaje al mundo del Más Allá y su jubiloso retorno.